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¿SE PERDIÓ LA MAGIA?

Por: Jafet Gallardo 29 May 2018
Por Adrián Ojeda @adriano10ojeda Cuando Josep Guardiola llegó a la dirección técnica del Barcelona, el club ya llevaba una inercia ganadora […]
¿SE PERDIÓ LA MAGIA?
JOSEP GUARDIOLA, ELIMINADO DE LA CHAMPIONS

Por Adrián Ojeda @adriano10ojeda

Cuando Josep Guardiola llegó a la dirección técnica del Barcelona, el club ya llevaba una inercia ganadora cimentada desde que Frank Rijkaard los llevó a conquistar, en 2006, su primera Liga de Campeones en 14 años. Pep aprovechó a la perfección esa época dulce del club y los catapultó a alturas insospechas, haciéndolos casi imbatibles. Sin embargo, lo que realmente maravilló al mundo en la era de Pep, fue el estilo de juego que le imprimió al equipo, aprovechando al máximo el poderío de un plantel estelar. Bajo su tutela, llegaron las mejores versiones de Messi, Iniesta, Xavi, Busquets, Piqué, Alves y Mascherano, y con ellas un racimo de campeonatos que catapultaron a la entidad catalana a lo más alto del balompié mundial.

Si alguien le quiere colgar a Guardiola el adjetivo de revolucionario, bien merecido lo tiene. Su estilo de juego ponderó tanto la posesión del balón, que hasta la televisión cambió la forma en la que presentaba las estadísticas, y hoy en día ha cobrado una gran relevancia para los analistas y para el propio público, el conocer qué equipo tiene más la pelota, ya no solamente durante un partido, sino por todo un torneo o una temporada. Ese llamativo estilo no podía pasar desapercibido a la hora de un bautizo futbolero, como en su momento fueron el catenaccio o el fútbol total –este último ideado por Rinus Michels y la escuela holandesa de tanta influencia en el Barça, encumbrada por Johan Cruyff, maestro de Guardiola-. El tiki taka ya ha marcado una época en el fútbol mundial, y las próximas generaciones lo tomarán como un referente se hable de los estilos de juego más atractivos.

Un argumento más para considerar a Pep un revolucionario, es que su manera de interpretar el fútbol ha sido adoptada por varios de sus colegas, en la mayoría de los casos con mucho éxito. Para no ir más lejos, el mismo Vicente Del Bosque, con su añeja sabiduría, decidió darle un toque culé a la selección española, jugando muy diferente a como lo hacía el Real Madrid con el que ganó dos Champions. ¿Un viejo lobo de mar adoptando las maneras de Guardiola, implementadas además, como una nueva filosofía de su acérrimo rival? De ese tamaño ha sido la aportación de este todavía joven técnico nacido en Santpedor un 18 de Enero de 1971. El legado de Josep en el Camp Nou no solamente se puede medir por números. Esas 3 Ligas, 2 Champions, 2 Copas, 3 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundiales de Clubes, son el resultado de un trabajo portentoso. Y es que en un periodo tan corto -4 temporadas- ningún entrenador ha ganado tantos títulos.

Parada en Munich

Al terminar la era en Cataluña, Guardiola fue llevado a Munich con el claro objetivo de ser campeón de Europa. En tres temporadas con el Bayern, el Míster conquistó el mismo número de Ligas y dos Copas, pero no pudo ganar la Champions, algo que sí logró su predecesor Jupp Heynckes. Su época en el equipo alemán quedará marcada por el fracaso de no haber podido conquistar la gloria continental, a pesar de tener una plantilla que estaba a la altura de cualquiera en el mundo. Pep “españolizó al Bayern” llevando a varios compatriotas suyos para acompañar a Neuer, Lahm, Lewandowski, Robben, Ribery y demás figuras bávaras. Pero -más allá de la Bundesliga-, la fórmula no funcionó. Y lo que es peor, sus tres derrotas en semifinales de Champions fueron precisamente ante clubes de su país. Su primer verdugo fue el Madrid, después el Barcelona y la puntilla final la dio el Atlético en la temporada 2015-16, cuando ya estaba cantada su salida del equipo blaugrana.

Las horas más bajas

Aunque aún no completa su primera temporada en Manchester, Guardiola ha tenido probablemente los meses más complicados de su carrera. El Chelsea de Antonio Conte se ha escapado del resto de la Premier y un título en su primer año como técnico en Inglaterra luce como una auténtica quimera. Tanto en su campaña de debut en España como en Alemania, el catalán logró alzarase con el título liguero.

O los jugadores del City no han entendido los conceptos de Pep, o él no ha entendido todo lo que rodea a una liga tan competitiva como es la inglesa. Un ejemplo es la partida de Joe Hart, símbolo de los Citizens y arquero titular de la selección de Inglaterra. Guardiola lo dejó ir y Claudio Bravo ha quedado por debajo de las expectativas. Se ha hablado más de su relación extracancha con Yaya Touré que de lo que ha rendido el marfileño en el campo. Y no es de extrañar, pues la prensa inglesa es diferente a la del resto de Europa, siempre buscando el sensacionalismo y con la sátira como un elemento fundamental al escribir o hablar sobre fútbol, el deporte inventado y adorado por ellos. Los roces que no tenía en su país o en Munich, los está teniendo ahora.

A esto hay que agregarle que en lo que va de temporada, el City ha sufrido varias humillaciones sin precedentes en el pasado reciente. Tampoco el técnico había experimentado algo similar, ni en Munich ni mucho menos en Barcelona. Sí había recibido alguna que otra goleada de forma esporádica, como a cualquiera le puede suceder. Pero de finales del 2016 para acá, cuéntenle: el Everton les metió 4, el Leicester City otros 4, el Chelsea 3 en su propia casa, y quizá la más dolorosa, un 4-0 del Barcelona. Si le sumamos la derrota en Londres contra el Tottenham, son al menos cinco partidos en los que el City ni las manos ha metido, algo prohibido para un equipo con ese presupuesto.

La más reciente afrenta sufrida por Guardiola ha sido la eliminación en octavos de final de la Champions a manos del Mónaco. Las carencias defensivas quedaron exhibidas con los seis goles recibidos en el marcador global, y por primera vez en su carrera, este revolucionario verá a los ocho mejores de Europa desde la comodidad del sofá de su casa.

Un técnico elite tiene que probarse en equipos con diferentes presupuestos, diferentes aspiraciones e incluso diferente mística. La mayoría de ellos comienzan con equipos pequeños y luego van haciendo méritos hasta tomar retos mayores, como en cualquier profesión. Guardiola solamente ha dirigido grandes plantillas y aunque tenemos mucho que agradecerle por lo que le ha dado al fútbol, su magia comienza a echarse de menos… ¿a dónde se ha ido?

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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