Pocas veces el Clásico Nacional presenta una disparidad tan grande en las estadísticas de ambos equipos. América vs Chivas viven realidades contrastantes. ¿Podrá la casta revertir el pronóstico? Análisis previo en Playboy México: De Tres Dedos.

Por Adán Medellín (@adan_medellin)

Cielo e infierno. Lo alto y lo bajo. Ascenso y descenso. Pocas veces el Clásico Nacional América vs Chivas muestra un desequilibro tan evidente en la balanza de números y estadísticas. Azulcremas y rojiblancos se miran desde polos opuestos en un encuentro donde el orgullo, la casta o la fortuna serán los ingredientes que podrían revertir el destino de un juego que, a primera vista, parecería definido.

Los partidos no se ganan con estadísticas y esto aplica en especial a los clásicos, pero los números son fríos y reflejan el accionar de las temporadas contrastantes entre los dos equipos más populares de México. Examinemos algunos: Primeramente, ahí está el paso de ambas escuadras en la temporada actual. América llega como líder general del Torneo Apertura 2014 con 29 puntos; Chivas, por su parte, ocupa lastimosamente la penúltima posición, con 11 unidades.

El balance entre ataque y defensa, uno de los fundamentos del juego, también favorece a los de Coapa en la quiniela América vs Chivas con miras al Clásico Nacional. América es el equipo más goleador del torneo (25 anotaciones), mientras Guadalajara ha tenido un paupérrimo desempeño, con apenas 11 goles, que lo colocan en la posición 16 entre los clubes de Primera División. La defensiva americanista es la cuarta mejor del campeonato; mientras la parte baja de Chivas ha sufrido en el Apertura y se encuentra en la posición número 14.

Finalmente, está en la tabla de cocientes, esa preocupación latente que determina la suerte de los clubes: América se confirma como el club más alejado del descenso entre todos los de Primera División, mientras Chivas vive jornada a jornada la amenaza de resbalar a la División de Ascenso: ocupa el lugar 16 entre 18 equipos, con apenas un punto de distancia de Puebla, y a expensas de la volatilidad del porcentaje del Club Universidad de Guadalajara.

Los números no mienten, pero la realidad más inmediata de los equipos todavía puede prometernos una sorpresa. Pensemos en el antecedente más inmediato: América viene de perder sobre la hora con Querétaro, con un error defensivo de último minuto que no puede obviarse. Pese a su posición de liderazgo, quizá el talón de Aquiles de los americanistas en las jornadas más recientes sea precisamente el aparato defensivo. Pensemos tan sólo en que hace apenas unas semanas sufrió una de las derrotas más escandalosas del campeonato, victimados 4-0 por un Cruz Azul que se regodeó  en una serie de fallas y erratas en los minutos finales de aquel partido.

Chivas, por su parte, llega después de empatar de último minuto con Tijuana, con un cabezazo providencial de Pereira. Acaso solamente el resultado se pueda rescatar de esa igualada para el naciente camino del Chepo de la Torre, sobre todo después de la vergonzosa derrota por goleada en Torreón de la jornada anterior. Chivas no pudo mantener una ventaja y exhibe una fragilidad defensiva terrible, con errores básicos de atención y de marca, que no ha podido apuntalarse a pesar de jugadores como Carlos Salcido. El Rebaño sufrirá con los embates americanistas, en particular de jugadores capaces y dinámicos como Oribe Peralta, Rubens Sambueza, Michael Arroyo o en las incorporaciones de centrales como Pablo Aguilar. Pero las recientes fallas defensivas de ambos equipos y el reparto del goleo entre los distintos jugadores de ambos clubes podrían abrir el camino para un Clásico Nacional con goles y llegadas; incluso podrían hacer soñar con algún marcador de escándalo.

Hay otra hermandad curiosa entre ambas escuadras rivales: el foco rojo sobre la poca efectividad de sus delanteros, algunos de ellos, con presente y pasado de selección nacional. El mejor goleador de América es el defensa Miguel Layún (con 6 tantos), seguido por el tardío despertar de Oribe Peralta (5 tantos), quien apenas se reencontró con las redes después de una sequía de varios partidos. Del lado de Chivas, el mejor anotador es el mediocampista Fernando Arce (3 goles), aunque Omar Bravo se despachó en el último partido del Rebaño con 2 anotaciones, y se espera que eso lo motive y lo sacuda para volver a mostrarse como el alma ofensiva del chiverío, sobre todo en un partido de tanta trascendencia como el Clásico.

América es el equipo con más victorias en el campeonato (9) en contraste con las 2 victorias de Chivas en el 2014. Pero si bien las esperanzas del chiverío ya no se enfocan en alcanzar una Liguilla, una victoria de los dirigidos por el Chepo de la Torre traería una serie de combinaciones interesantes que incidirían no sólo en la lucha de Chivas de cara al descenso y su pelea directa con Puebla o U. de G. en los puestos bajos, sino directamente en la parte alta de la tabla. Una derrota de América podría arrancarlo del superliderato y de su posición mandona de cara a la Liguilla si se combina con una victoria de Atlas. Además, emparejaría a los de Coapa con equipos que vienen cerrando fuerte en el Torneo, como Toluca, Tigres y Monterrey.

Hoy más que nunca, el Clásico Nacional del Apertura 2014 que enfrenta a América vs Chivas tendrá una posibilidad de sorpresa no por sus estadísticas, logros individuales y números colectivos en el campeonato. Si algo puede romper una quiniela desequilibrada a favor de las Águilas será la dosis de alma, corazón, garra y tesón que catapulte a las Chivas desde una posición de víctimas, a la de un equipo que por plantel está comprometido a mejorar su desempeño y amargar la fiesta de los aficionados azulcremas que abarroten en el Azteca. Es una semana tensa para ambos planteles: uno de ellos exigido por su abrumadora superioridad numérica, estadística, goleadora, además de su localía; y el otro por la obligación de enderezar el rumbo, encontrar estabilidad en la dirección técnica y, sobre todo, por la necesidad de salir de las brasas y las penurias del cociente, que no perdonará ningún punto dejado en el camino.