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El día que no llegó el VoBo de mi Jefe

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Conocerte la diferencia entre “el VoBo de mi Jefe” y “el bobo de mi Jefe” puede salvarte el pellejo. Aprende […]
El día que no llegó el VoBo de mi Jefe

Conocerte la diferencia entre “el VoBo de mi Jefe” y “el bobo de mi Jefe” puede salvarte el pellejo. Aprende a utilizar correctamente el lenguaje oficinista. Crónica Godínez en Playboy México.

Por Arturo J. Flores (@arthuralangore)

La primera vez que en la oficina me dijeron que esperaban por “el VoBo de mi Jefe”, estuve a punto de caerme de la silla de risa. “¿El bobo de mi jefe?”, pregunté. “¿Para qué lo esperan? ¡Si aquí hay varios y más bobos!”, vociferé queriéndome hacer el chistoso. Pero nadie se rió conmigo. Me sentí entonces como el bobo más grande del mundo. Y a dos estuve de ser un bobo desempleado. Todo por no saber qué diablos era un “VoBo” y, peor aún, por haber jurado en vano el nombre del Santo Patrono de los Godínez: “el VoBo de mi Jefe”.

Laborar en una oficina supone el hecho de que eres bilingüe. Y no me refiero a que domines inglés, francés, italiano, ruso o chino mandarín, además de tu lengua materna. Hablo de que un Godínez comienza a utilizar palabrejas domingueras –aunque paradójicamente sea el domingo el único día que no las pronuncia –con las cuales se hace entender con el resto de la tribu. El “VoBo de mi Jefe” fue la primera que yo, veinteañero aún, aprendí.

Además, cuando me enteré que VoBo era una contracción de “Visto Bueno”, me sentí dos veces bobo. ¿Por qué? Porque tuve que preguntar y entre los Godínez impera una ley no escrita: “el que pregunta, es dos veces idiota”. Como si naciera uno sabiendo o cursara una materia en la Universidad en la que se despejaran dudas elementales pero tan antiguas, entre las que figuran qué rayos es un VoBo, cómo saco una ampliación en la fotocopiadora o de qué forma consigo enlazar dos llamadas sin que se me corte ninguna.

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Después del “VoBo de mi Jefe” recuerdo haberme plantado delante de una memorándum con la misma cara de desasosiego que un antropólogo que intentara desentrañar los secretos de un papiro egipcio. Todo por culpa del “ASAP” que habían escrito al final. ¿Pero qué rayos quería decir que necesitaban mi respuesta “ASAP”? Había aprendido la lección. No iría a preguntarle a nadie por el significado de aquellas letras para que después me convirtiera “en el baboso que no sabe qué es ASAP”. ¿Sería “en friega”? ¿Como de rayo? ¿Antes del fin del mundo?

Vaya sorpresa que me llevé cuando descubrí que era “As Soon As Possible”. Por dos razones llamó poderosamente mi atención. Primero, porque el inglés se mezclaba con el español en una incomprensible necesidad “chola” de inyectarle pedantería a un simple memorándum y, segundo, porque muchos de quienes se llenaban la boca diciendo “ASAP”, no sabían hablar inglés.

El VoBo de mi Jefe

Los años como Godínez me han convertido en un bilingüe al que ya no le sorprende la inhumana golpiza –con chacos, cadenas y macanas –que se le propina al buen español con cada mail corporativo que se envía. Digamos que cada vez que escribimos un “memo”, se le clava una espina en su corona a Cervantes de Saavedra. Pero se trata de darse a entender.

Hoy sé que un “call” es una conferencia telefónica, que “Por este conducto” se refiere (franca obviedad) al documento que estamos redactando en este momento, que “a la menor brevedad” es el primo hermano de “ASAP” pero igualmente absurdo porque la “brevedad” no es grande ni chica, que “urgentemente” es el superlativo (inexistente) de urgente, que firmar de “enterado” elimina la posibilidad de hacerse pendejo cuando te envían un correo, que “meeting” es una vil junta, que “face to face” es la forma rimbombante de llamar a una entrevista, que “round table” es lo que el Rey Arturo conocía como “Mesa redonda” y se aplica a un “focus group” (dinámica grupal), que hacer “home office” significa resolver pendientes desde la comodidad de tu hogar y que “copy” es el apelativo de un tipo que, como yo, intenta escribir.

También me he vuelto uno más de esos remedos de policía encubierto que hablan con claves y se refieren a la “Hoja de vida”, o en latín “Currículum Vitae”, como CV, a “Recursos Humanos” como RH, al jefe de jefes como “CEO” y a las Relaciones públicas como “RP”.

16 años después de aquel meeting embarazoso en que no me di por enterado que “el VoBo de mi Jefe” se refería al Visto Bueno del CEO de la compañía, puedo presumir que ya sea en medio de un call o de plano face to face, domino a la perfección el idioma Godínez y puedo entablar un diálogo mucho más rápido que ASAP.

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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